top of page

Triste panorama para la economía mexicana.

Writer: Kempton Asset BlogKempton Asset Blog

El informe que trimestralmente prepara el Banco de México destaca que la expectativa del instituto central, en relación con el crecimiento económico para este año, es de 0.6 por ciento; una cifra preocupantemente baja que puede implicar que entremos en recesión. Dentro de esta perspectiva hay que añadir las pérdidas que tendríamos que enfrentar si las amenazas de Donald Trump se convierten en realidad; todos confiamos en que no se cumplan, pero aun cuando sean menores pueden ocasionar daños serios a la economía y afectar más nuestro ya de por sí bajo crecimiento.


La situación es preocupante porque con Trump, como presidente de la nación económicamente más fuerte del mundo, y siendo nuestro vecino y principal socio comercial, parece que estaremos indefensos durante cuatro años ante los embates de este personaje; la verdad, tenemos muchas cosas que hacer para evitar que nos perjudique tanto.


Lo primero es dejar el discurso de odio y confrontación de las corrientes radicales de izquierda de Morena, estos están infiltrados en todos lados, ya sea como funcionarios en el gobierno federal, estatal o municipal, así como diputados y senadores en el Congreso o como activistas de Morena. Alguien los tiene que meter en cintura, pues sus posturas y sus discursos no solo no ayudan, sino que lastiman las posibilidades de que el país salga adelante. Las izquierdas inteligentes y sensatas siempre son bienvenidas y útiles en una nación con tantas carencias, pero insisto en que las radicales deben de neutralizarse, lo mismo diría para los radicales de derecha que también existen.


Lo segundo que podemos hacer es juntos, sector público y privado, lanzar políticas públicas que fomenten la inversión. Uno de los objetivos del Plan México es llevar la inversión total del país a niveles de 28 por ciento, lo cual será imposible sin la participación del sector privado. Hay que recordar que de la inversión total del país casi 85 por ciento corresponde al sector privado, con lo cual se demuestra que éste es el motor del crecimiento.


Por supuesto la inversión pública es importante, pero tiene que ser estratégica y complementaria, enfocándose en aquellos programas y proyectos de infraestructura que son complicados para la iniciativa privada, pero que darán resultados magníficos para el país en el largo plazo. Es importante que la inversión pública sea complementaria, inteligente y de alto impacto.


Un grave error de López Obrador fue privilegiar inversiones que no eran de alto impacto, como el Tren Maya y Dos Bocas, y una equivocación imperdonable fue haber cancelado el aeropuerto de Texcoco, canjeándolo por un proyecto de mucha menor importancia: el AIFA.


Por último, es imperativo tener una estrategia para rescatar el nearshoring o  tener una opción para sustituirlo; el Plan México se recarga mucho en este proyecto y actualmente está en el lomo del venado por las políticas de Trump. Si nos cruzamos de brazos, el nearshoring habrá sido solo un sueño.

bottom of page