De inmigración y narcotráfico, hasta el rol de China y el 'nearshoring': la coincidencia de este año de las elecciones presidenciales de México con las de EEUU abre desafíos viejos y nuevos para la relación entre ambos países. ¿Qué puede cambiar si llega Claudia Sheinbaum al poder? ¿Y si volviera Donald Trump a la Casa Blanca?
Una vez cada 12 años coinciden las elecciones presidenciales de México con las de Estados Unidos. Pero este año, además, los comicios mexicanos tienen varios elementos que los hacen únicos y cruciales.
El 2 de junio, los mexicanos tendrán el proceso electoral "más grande de la historia" del país, con cerca de 98 millones de electores convocados para votar, según el Instituto Nacional Electoral (INE).
Se espera que por primera vez gane una mujer. Claudia Sheinbaum, exalcaldesa de Ciudad de M'exico y 'heredera' de Andrés Manuel López Obrador, lidera las encuestas, seguida por otra mujer, Xóchitl Gálvez, y en tercera posición, el aspirante Jorge Álvarez Máynez.
Las elecciones se producen con un mapa mundial que se está reconfigurando. Hay oportunidades complejas sin precedentes para México, en medio de la 'guerra económica' entre China y Estados Unidos. La economía mexicana vive los buenos resultados del T-MEC (el renegociado acuerdo de libre comercio de Norteamérica) y se está beneficiando del fenómeno del 'nearshoring', que busca acercar la producción al mercado final, y que está concentrando capitales chinos en México.
En México también hace sombra el tema de la inmigración y la seguridad en la frontera, que es central en la campaña presidencial en Estados Unidos, donde se decide la continuidad del presidente Joe Biden o el retorno de la 'tolerancia cero' con el expresidente Donald Trump.
Univision Noticias entrevistó a Lila Abed, experta en Gobierno, Política Internacional y directora interina del Instituto México del Centro Wilson, basado en Washington DC, centro de estudios que publicó un vasto documento analizando los frentes que tendrá el próximo Gobierno de México.
— La inmigración es un tema central en la campaña presidencial de EEUU. ¿Lo es también para México?
— El tema migratorio es el foco central de la agenda bilateral en estos momentos. Todo parece que va a seguir siéndolo después de las elecciones de junio en México y después de las elecciones de noviembre en Estados Unidos.
Como sabemos, ha llegado a niveles récord la cantidad de migrantes que tratan de ingresar de manera ilegal hacia Estados Unidos. Hemos visto en los últimos meses es que el Gobierno de Joe Biden y el Gobierno de López Obrador han establecido iniciativas y estrategias conjuntas para tratar de reducir la cantidad de migrantes que llegan a la frontera.
Esto ha causado que el presidente López Obrador recientemente haya dicho que hubo una disminución de (detenciones) de alrededor del 50% en el mes de marzo, lo cual es cierto, pero no marca una tendencia a la baja. Es decir, si se compara, año por año, la cantidad de migrantes que están tratando de pasar la frontera, no se han registrado menos de 100,000 encuentros mensuales. Y esto es un aumento sustancial desde los últimos años (descontando las medidas tomadas por la pandemia de covid-19).
— ¿Cuál es el desafío para la o el próximo presidente?
La próxima presidenta o presidente de México va a tener que adoptar una estrategia comprensiva regional con otros países de América Latina y el Caribe. Porque el fenómeno de las migraciones ya se extiende mucho más allá de las fronteras entre México y Estados Unidos.
Por ejemplo, estamos viendo en los últimos años, la llegada en aumento de grupos de venezolanos. Y vemos aumentos en la llegada de diferentes grupos de migrantes a medida que se desatan nuevas crisis políticas, o desplazamientos a causa del cambio climático, de la inseguridad, o la falta de oportunidades económicas en diferentes países como Haití, Nicaragua o Venezuela.
Pero también ahora estamos viendo la llegada a la frontera de personas de Ucrania, de China y de otras regiones alrededor del mundo.
Esto hace que este fenómeno migratorio se haya convertido no solamente en un tema bilateral entre México y Estados Unidos, sino regional e incluso más allá.
Creo que las autoridades en México van a tener que hacer reestructuraciones internas en las instituciones, porque antes era un país de emigrantes, es decir, salían mexicanos hacia Estados Unidos. Hoy es un país que no solamente de tránsito, sino que está absorbiendo en territorio nacional a una cantidad importante de migrantes y las instituciones migratorias, de seguridad social no tienen capacidad.
— ¿Cómo ve la posible llegada de Claudia Sheinbaum, la 'heredera' de AMLO, y una posible vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca en temas de políticas migratorias?
Bajo la administración Trump, vimos la imposición de 'tercer país seguro'. La política del muro fronterizo. El Título 42. Fueron paquetes de medidas coercitivas muy fuertes para frenar los flujos migratorios hacia Estados Unidos. Conforme a lo que ha dicho el expresidente Trump, es probable que busque hacer deportaciones masivas. Él mismo ha dicho que quiere deportar a más de 12 millones de migrantes que residen en Estados Unidos.
Esto es distinto a la aproximación que ha adoptado el presidente Biden, de cooperación con el Gobierno de López Obrador. Y si recordamos, parte del portafolio de asignaciones a la vicepresidenta Kamala Harris al inicio de su administración era justamente atender las causas de raíz que impulsan a los migrantes salir de sus países.
Este abordaje requiere, pues, una inversión importante por parte de Estados Unidos, pero también de los mismos países para tratar de solucionar los problemas más fundamentales: la mayoría de los migrantes está saliendo por necesidad, no por gusto, y en el tránsito de estos migrantes finalmente acaban siendo víctimas del crimen, de traficantes. Especialmente los niños y las mujeres.
Hay varias cuestiones que se pueden complicar. Por un lado, el Gobierno mexicano ha desplegado a su Guardia Nacional en sus dos fronteras, tanto al norte como al sur, para frenar el número de migrantes. Pero también es cierto que México, bajo este Gobierno , ha mandado camiones para que lleve a migrantes de la frontera norte con Estados Unidos, al sur. Hay muchas cuestiones de posibles violaciones de derechos humanos. Y también el tema de la seguridad, y de que los migrantes no queden o no vuelvan a caer en una situación de vulnerabilidad ante crimen el organizado. Contemplando todos estos elementos, para quien quede en la Casa Blanca el tema migratorio va a estar al frente de la agenda bilateral con México.
— El tema de la migración se hilvana con el de la seguridad y el crimen organizado que se transporta a este lado de la frontera. ¿Qué dirección podrían tomar las cosas?
Creo que hay una gran oportunidad para los nuevos mandatarios de ambas naciones en materia de seguridad, de darle un giro de 180 y de restaurar otra vez la confianza entre las agencias de seguridad en ambos lados de la frontera. Ha habido un deterioro muy profundo en los últimos años en cuanto a la cooperación, el intercambio de información y de inteligencia.
Un rechazo por parte del Gobierno de López Obrador —que pareció hasta un poco paranóico— en cuanto a la cooperación en materia de seguridad... al inicio de su sexenio, en 2018, una de las primeras medidas del presidente López Obrador en el Congreso fue pasar la reforma a la Ley de Seguridad Nacional, que limitó mucho la actividad de agentes extranjeros operando en territorio mexicano. Justamente para ponerle un freno desde el inicio de su sexenio a lo que se podía hacer o lo que esperaba hacer el Gobierno estadounidense.
Hemos visto un fuerte rechazo por parte del Gobierno de López Obrador también a las operaciones de la DEA en México. Ha debilitado mucho el compartir información.
— Y el tema de la seguridad es complejo, porque va desde el fentanilo que va hacia el norte hasta las armas que van al sur...
El tema de la seguridad es crucial también para la agenda de ambos países. Vimos la demanda que hizo la Secretaría de Relaciones Exteriores en contra de las empresas fabricantes de armas en Estados Unidos, porque el tráfico ilícito de armas provenientes del norte hacia el sur, es decir, Estados Unidos a México, es un tema prioritario para el Gobierno mexicano y que debe resolverlo de manera conjunta.
Pero de la misma manera, Estados Unidos le pide a México que coopere más y de manera más estrecha en la destrucción de los laboratorios clandestinos de fentanilo, de tratar de sellar los puertos marítimos de México, porque por ahí están entrando los dos precursores químicos, mayoritariamente que provienen de China y en un porcentaje menor de India, y que están causando esta grave crisis de salud pública en Estados Unidos, con más de 100,000 muertes el año pasado, 70% de ellas por cuestión de sobredosis.
Entonces, hay cuestiones de seguridad que el o la próxima presidenta deberá trabajar sí o sí. Ambos países de manera conjunta, pese a que se ha deteriorado mucho la relación en materia de seguridad.
— ¿En qué se diferencia Claudia Scheimbaum de AMLO en temas de seguridad?
Creo que si Claudia Sheinbaum llega a la Presidencia en octubre, la estrategia de seguridad —y esto es una opinión basada en lo que viene en la plataforma política de la coalición Sigamos haciendo historia— sí puede tener un giro interesante que se puede diferenciar de la estrategia de seguridad de López Obrador de ‘abrazos no balazos’.
Creo que Claudia Sheinbaum puede adoptar una estrategia basada en la inteligencia. La candidata dijo que quiere crear un sistema, una agencia de inteligencia nacional con mayor coordinación entre el poder federal, municipal, estatal, y hasta con la Fiscalía General la República, para tratar de tener mayor inteligencia sobre los distintos cárteles que están operando en territorio mexicano.
Entonces creo que podíamos ver mayor cooperación en seguridad con Claudia Sheinbaum, pero sí diría a la par que también quiere mantener ciertas cosas similares a las de Andrés Manuel López Obrador, como consolidar la Guardia Nacional en la Secretaría de Sedena y eso complica la cooperación con Estados Unidos, porque difícilmente puede operar de la mano del Ejército mexicano. Veíamos mucha más cooperación antes porque el Ejército tiende a ser mucho más cerrado. Entonces veo allí posibles dificultades, pero también una oportunidad de cambio.
— ¿Podemos decir que las elecciones en México encuentran al país en un excelente posicionamiento económico?
Sí, mira lo que ha ocurrido desde la implementación que entró en vigor el T-MEC (UMSCA) en 2020 marcó una nueva etapa en relaciones comerciales entre México, Estados Unidos y Canadá, que incluyó nuevos capítulos como el de comercio digital, el de anticorrupción, el ambiental, el laboral, entre otros, que ha fortalecido el marco regulatorio legal de los tres países. Y eso ha dado mucha certidumbre para el intercambio comercial.
Hay que recordar que el año pasado México se posicionó como el primer socio comercial de Estados Unidos con comercio entre ambas naciones, que llegó a cerca de 800,000 millones de dólares, que superó lo que EEUU intercambia con China.
Esto demuestra que México y EEUU están muy integrados, no solamente por personas que viven en la franja fronteriza, por los migrantes que residen en EEUU, por las cuestiones de seguridad que los unen. Es más allá de eso: es una zona económica sumamente importante.
— ¿Y en cuanto al llamado 'nearshoring'?
Y el fenómeno de nearshoring le ha dado una oportunidad única a México para absorber mucha inversión extranjera directa.
Ahora esto vino mucho de la mano de los aranceles que impuso el expresidente Trump en 2018 en contra de China, que el presidente Biden ha continuado, e incluso ha sumado más aranceles. Entonces México ha visto la relocalización de empresas hacia territorio mexicano para beneficiarse de las distintas disposiciones y beneficios del T MEC.
Creo que uno de los temas de cara a la revisión del T-MEC que se va a dar en 2026 es el rol de China en cuanto a las inversiones que hemos visto en México y los riesgos de seguridad nacional que ciertas inversiones chinas pueden suponer para Estados Unidos. Creo que ese es un tema muy delicado, pero también el tema se disputaría bajo el T-MEC. Los mecanismos de disputa del T-MEC dan mucha certidumbre, a cómo resolver problemas comerciales entre los tres países.
— ¿En qué debería trabajar la próxima presidenta o presidente?
Por otra parte, creo que la inversión extranjera directa que ha recibido México es a pesar de AMLO, no gracias a AMLO. Es decir, México tiene que establecer las condiciones, certezas jurídicas y legales, tiene que tener una fuerza laboral con las capacidades necesarias para integrarse a las cadenas de suministros regionales, seguridad y política energética para las empresas que vayan a invertir.
Esta propuesta por Claudia Sheinbaum de hacer más parques industriales y hubs de desarrollo alrededor del país es notable. Parece que es una oportunidad muy buena. Esto sumado a las remesas que envían los connacionales mexicanos que en EEUU. Las remesas superaron 60,000 millones de dólares el año pasado y esto también estimula muchísimo a la economía mexicana y por eso vemos un peso tan fuerte.
— ¿Y el rol de China hace peligrar de algún modo a México?
Pues mira, la próxima presidenta o presidente tiene que ser muy cauteloso. Porque el mismo T-MEC trae una cláusula que cierra posibilidades de acuerdos comerciales con economías que no sean de libre mercado (China, por ejemplo).
Hay varias cuestiones importantes que debe de considerar la próxima presidenta(e) de México. Empresas chinas están invirtiendo mucho en el sector de tecnologías de datos sensibles de cuestiones de infraestructura, particularmente en el sector de telecomunicaciones… Si México y EEUU van a querer profundizar su relación de seguridad, van a tener que tener cuidado, porque si Estados Unidos cree que los chinos pueden tener acceso a información confidencial o sensible que puedan compartir, esto puede dificultar frentes entre los dos países.
Entonces creo que México tiene todo su derecho de estrechar lazos con China, pero debe de cuidar y proteger mucho la posición económica preferencial que tiene como miembro del T-MEC, pero también como el primer socio comercial de Estados Unidos.
Mucho más tomando en cuenta que China es de los pocos temas que unen a demócratas como a republicanos, por ende México tiene que ser muy estratégico en cómo responde a su relación con China.