En 2024, la economía mexicana crecerá menos del 2.5-3.5% que proyectó la Secretaría de Hacienda. La cuestión es: ¿cuánto menos? El consenso de los analistas coloca el PIB esperado en 2.2%, pero hay algunos que se van mucho más abajo. Banco Base, que tiene como economista a Gabriela Siller, acaba de poner en 1.6% el pronóstico. Entre los organismos internacionales hay reducciones, pero más moderadas. El Banco Mundial estimó la semana pasada en 2.3 por ciento. El FMI pone un 2.4% en el tablero. En enero, su proyección era 2.7 por ciento.
Las correcciones a la baja se explican porque el 2024 arrancó más complicado de lo que se esperaba. La inflación no cede y eso dificulta la reducción agresiva de las tasas de interés. La política monetaria seguirá siendo un freno de mano, al encarecer el costo del dinero para la inversión y el consumo.
En 2023, la economía mexicana creció 3.2% y en el equipo de Hacienda había expectativas de que la llegada de inversiones por el nearshoring haría posible repetir una cifra similar. Es muy pronto para decir qué pasará con la relocalización en 2024, pero es un hecho que el optimismo está abriendo paso a la cautela. Sorprendieron las declaraciones del economista en jefe del Banco Mundial para América Latina que expresó su extrañeza porque el cacareado boom del nearshoring no se está reflejando en grandes anuncios de inversiones nuevas en territorio mexicano. Hay más anuncios de este tipo en Costa Rica, dijo William Maloney. “México debe tomar medidas para volver atractivo al país”.
Nearshoring aparte, hay algunos indicadores económicos que tuvieron mal comportamiento en el primer trimestre del 2024. El consumo privado no creció prácticamente nada, a pesar de las enormes transferencias que implican los programas sociales y de los incrementos de los salarios para los trabajadores del sector formal.
La actividad industrial trae un retroceso, que se explica por la combinación de debilidad en la manufactura y la caída en la industria de la construcción. La industria maquiladora empieza a mostrar el desgaste en competitividad que implica el superpeso y registra pérdidas de personal. La industria de la construcción ha vuelto a estar en la zona de números rojos en la que estuvo la mayor parte de este sexenio. Las obras emblemáticas de AMLO están muy cerca de concluir y las arcas públicas están exhaustas.
¿Cómo comparamos los números de México con nuestros vecinos y con el mundo? La revisión a la baja del pronóstico del FMI sobre México está en contraste con el ajuste hacia arriba que el mismo organismo ha hecho para Estados Unidos. El FMI proyecta en 2.7% el PIB estadounidense para 2024. Esto es mayor que el crecimiento de 2.5% del 2023. ¿El repunte de la economía de Estados Unidos volverá a remolcar a México? Otras veces ha ocurrido así, pero estamos en uno de esos años en los que la caja de los pronósticos trae sentido del humor incluido.
En el mundo, India sigue brillando por su desempeño. En 2022 y 2023 creció por encima de 7% y la proyección es que registre 6.5 por ciento. Se ha consolidado como la quinta mayor economía del mundo, aunque está muy cerca de rebasar a Japón para quedar como cuarto lugar mundial, por debajo de Estados Unidos, China y Alemania.
En América Latina y el Caribe, la economía que más crecerá en 2024 es República Dominicana, con 5.1 por ciento. Le siguen Uruguay y Guatemala, con 3.2 y 3.0% respectivamente. Si México creciera 2.3% quedaría arriba de Chile, Brasil y Colombia, que estarían entre 1.5 y 2.0%. Argentina tendrá un decrecimiento de 2.8 por ciento.
Con una tasa de 2.3% en el sexto año, la economía registraría un crecimiento sexenal promedio inferior a 1 por ciento. Sería el menor crecimiento desde los tiempos de Miguel de la Madrid. El próximo sexenio comenzará complicado por la reducción del gasto que deberá hacer el Gobierno para evitar que el déficit se salga de control. La pregunta no es ¿qué piensan hacer las candidatas, sino qué podrá hacer la próxima Presidenta?